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¿Qué es la pérdida de masa muscular?

La pérdida de masa muscular, también conocida como sarcopenia o atrofia muscular, es la disminución de la masa, fuerza y función muscular que ocurre de manera natural con el envejecimiento.

Este proceso es gradual y progresivo, comenzando alrededor de los 30 años y acelerándose con el paso del tiempo. La pérdida de masa muscular puede afectar significativamente la calidad de vida, causando debilidad, reducción de la movilidad, mayor riesgo de caídas y menor capacidad para realizar actividades cotidianas.

¿Qué causa la pérdida de masa muscular?


Conforme envejecemos, nuestro cuerpo experimenta una serie de transformaciones que resultan en una reducción progresiva de la masa muscular o pérdida de masa muscular, lo que impacta tanto en la fuerza como en la movilidad. No obstante, es esencial resaltar que existen métodos para contrarrestar estos efectos y preservar la fuerza muscular en la etapa de la vida avanzada. Entre los factores que pueden colaborar con la disminución de la masa muscular se encuentran:

  • Falta de actividad física: Los músculos que no se usan regularmente tienden a perder fuerza con el tiempo.
  • Envejecimiento: La sarcopenia es una consecuencia natural del envejecimiento.
  • Enfermedades y condiciones médicas: Enfermedades crónicas como el cáncer, EPOC, diabetes e insuficiencia cardíaca pueden afectar la masa muscular, al igual que condiciones neurológicas como el accidente cerebrovascular, la esclerosis múltiple y la enfermedad de Parkinson.
  • Nutrición deficiente: Una dieta pobre en proteínas y otros nutrientes esenciales puede favorecer la pérdida de masa muscular.
  • Desequilibrio muscular: La debilidad en ciertos grupos musculares en relación con otros puede provocar desbalances que afectan la fuerza y estabilidad general del cuerpo.
  • Fármacos: Algunos medicamentos, como los corticosteroides, pueden causar debilidad muscular como efecto secundario.

¿Qué señales indican la reducción de masa muscular?


La pérdida de masa muscular puede manifestarse de diversas formas, y los síntomas pueden variar según la gravedad y la causa subyacente. Entre los síntomas comunes se incluyen:

  • Falta de fuerza en los músculos: Experimentar dificultades al realizar tareas previamente sencillas, como levantar objetos pesados, subir escaleras o caminar distancias cortas.
  • Cansancio y fatiga: Sentirse cansado o agotado incluso después de actividades de baja intensidad que no requieren mucha intensidad.
  • Disminución del tamaño muscular: Los músculos pueden verse más pequeños o menos definidos.
  • Reducción de la fuerza muscular: Dificultad para realizar movimientos rutinarios o levantar objetos ligeros.
  • Limitaciones en las actividades cotidianas: Compromiso en la habilidad para caminar, levantarse de una silla o mantener el equilibrio, lo cual afecta la realización de tareas diarias.
  • Aumento de la vulnerabilidad a lesiones: Mayor probabilidad de sufrir lesiones en los músculos o articulaciones, así como de experimentar caídas.

Si experimentas algunos de estos síntomas, es importante hablar con un médico o profesional de la salud para una evaluación completa y la recomendación de un plan de tratamiento adecuado.

¿Qué tan rápido se puede recuperar la masa muscular?


El tiempo que se requiere para recuperar la masa muscular puede diferir ampliamente dependiendo de diversos factores, tales como el grado de pérdida muscular, la edad, el sexo, la genética, la alimentación, el nivel de actividad física y la constancia con el régimen de ejercicio y nutrición.

¿Cómo se puede recuperar la pérdida de masa muscular?


Recuperar la pérdida de masa muscular en el adulto mayor es posible mediante la adopción de varias estrategias.

En primer lugar, es esencial seguir una dieta rica en proteínas, como carnes magras, pescado, huevos, legumbres y productos lácteos, ya que los nutrientes adecuados son fundamentales para la salud muscular. Además, dormir entre 7 y 8 horas por noche es crucial para la recuperación muscular, especialmente en adultos mayores.

La suplementación con proteínas, creatina u otros productos que favorecen el crecimiento muscular puede ser beneficiosa, pero siempre es importante consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier régimen de suplementos.

Mantenerse hidratado es igualmente esencial para el rendimiento y la recuperación muscular, por lo que se debe beber suficiente agua antes, durante y después del ejercicio. Por último, realizar ejercicios de resistencia es clave para mantener y mejorar la masa muscular y la función física. Es recomendable consultar con un médico o fisioterapeuta para adaptar el entrenamiento a las necesidades individuales.

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